martes, 29 de diciembre de 2015

La Avicultura del Siglo 21 Retos y Estrategias

galapon-avicola
Dr. Bernardo Bocchese Gallo
Depto Técnico Cargill
bernardo_gallo@cargill.com

¿QUÉ CARACTERÍSTICAS CREES QUE TENGA LA AVICULTURA DE ALTO DESEMPEÑO EN EL SIGLO 21?

La industria avícola es un sector muy dinámico y que sufre cambios en la rentabilidad del negocio de una manera muy rápida. Constantemente pasamos por una presión de reducción de costos debido a un incremento de precio de insumos y disminución del margen de utilidad generado en la actividad avícola. Estas condiciones exigen un alto profesionalismo en todas las etapas de la producción de la industria avícola, y para seguir siendo rentables en este sector es imprescindible que tengamos un alto rendimiento en todas las etapas de la cadena, háblese de reproducción, incubación, engorda, procesamiento y comercialización de productos. Por lo tanto, tenemos que estar constantemente midiendo la rentabilidad del negocio y comparar con los mejores resultados de la avicultura. En una actividad con márgenes tan bajos, estar entre los mejores se ha convertido en un aspecto vital para la supervivencia dentro del sector.

LA INDUSTRIA AVÍCOLA ES UN SECTOR DE PRODUCCIÓN INTENSIVA QUE HA EVOLUCIONADO MUCHO. ¿QUÉ FALTA TODAVÍA POR MEJORAR?

Hay una gran oportunidad de mejora cuando comparamos los resultados operativos de las distintas empresas, que se pueden conseguir mediante la determinación de indicadores de medición para cada área, en comparación con un “benchmarket” y el establecimiento de estrategias para lograr estas mejoras. Entre las estrategias que existen y que son más utilizadas son: un análisis al detalle de los datos internos de la compañía y la comprensión de las variables que afectan el resultado, la adopción de tecnologías largamente utilizadas (casetas de ambiente controlado, alimento peletizado, NIR) búsqueda de tecnologías y procesos innovadores (casetas de jaulas, NIR online, formulación no lineal), una cadena de planificación integrada (S&OP) dirigido al resultado global de la compañía y no de áreas individuales, y un fuerte enfoque en la gestión de personas y la retención de talento.

¿ABOLIR EL USO DE ANTIBIÓTICOS COMO PROMOTORES DEL CRECIMIENTO ES UN RETROCESO? ¿CÓMO LA AVICULTURA DEL SIGLO 21 PUEDE SUPERAR ESTE DESAFÍO?

Hay diferentes mercados que deben cumplir con mayores o menores restricciones en el uso de los antibióticos, esta estrategia depende del atractivo y la rentabilidad que estos mercados generan y para compensar la exclusión de estos productos. Ya existe una amplia gama de productos (prebióticos / probióticos, enzimas, etc.) con eficiencia comprobada en el mercado que pueden reemplazar el uso de antibióticos, sin pérdida de rendimiento. El uso de estos productos ha ido incrementando, con buenos resultados en muchas empresas. Se trata de un análisis que debe hacerse en la ponderación de las ganancias frente a comercialización y posibles aumentos en los costos de producción generados por la retirada del uso de antibióticos.

EN CUESTIÓN DE BIENESTAR ANIMAL, HOY EN DÍA HAY NUEVAS DISCUSIONES, CON LA PARTICIPACIÓN INCLUSO DE LAS EMOCIONES Y EL MIEDO ¿CÓMO EL CONSUMIDOR LO EVALÚA?

Dependiendo del mercado de consumo en donde serán vendidos los productos avícolas, hay un enfoque diferente en cuanto a bienestar animal en las aves. Hay mercados que se rigen por reglas o políticas, la creación de condiciones que la empresa debe adoptar. Estas reglas (horas de luz, intensidad de luz, número de aves por m2, mortandad,…) deben seguirse cuidadosamente a fin de satisfacer la expectativa del mercado de consumo. Algunas de las medidas que han de tomarse, pueden reducir o influir en los niveles de productividad alcanzados cuando las normas de adecuación no se requieren. En estos casos se debe buscar la eficiencia mejoran- do aún más controles en el proceso de producción. Hay otros mercados que no exigen de esa regulación que son accesibles y debe ser parte del proceso de decisión dirigida a una mayor rentabilidad.

¿CÓMO LA GENÉTICA TAMBIÉN PUEDE CONTRIBUIR A LA MEJORA DE LA AVICULTURA?

La Genética siempre jugó un papel clave en la evolución de la productividad y la eficiencia de nuestras aves a lo largo de la historia. Tal vez fue la mayor ganancia generada dentro de estos pasos de la cadena de negocios. La mejora continua de la eficiencia a través de la mejora genética sigue siendo un factor clave en la producción de aves y determinante en la avicultura de alta desarrollo. Además de las mejoras en el productividad a campo, incluyendo una mayor cantidad de huevos y pollitos producidos por gallina, mejor conversión alimenticia y mayor aumento de peso en los pollos de engorda, entre muchos otros, hay que destacar la gran búsqueda genética para mejorar el rendimiento de las aves en el procesamiento de las aves, proporcionando una mayor producción de carne por ave procesada, especialmente de pechuga. En el contexto del análisis de la cadena de la avicul- tura en su conjunto, y tomar decisiones basadas en la rentabilidad global de la empresa, debemos elegir por el mejor paquete genético que se ofrece en el mercado, estando siempre atentos a las innovacio- nes del mercado.

¿QUÉ PASA CON LA NUTRICIÓN?

Nutricionalmente, hay una enorme gama de oportunidades que debemos saber que puede llevar a las empresas para estar en el grupo de alto desempeño, a ejercer liderazgo institucional, entre estos son los nuevos productos, tecnologías, herramientas y conceptos nutricionales. Me gustaría destacar el uso de la tecnología ya ampliamente utilizado como NIR, con una nutrición de precisión para una mejor toma de decisiones de la formulación a ser utilizada, o ir más lejos, el uso de la tecnología NIR con la formulación en línea, que al instante que los ingredientes están pasando por la línea de producción la formulación se está actualizando con el análisis de ingredientes (maíz, soya, harinas de carne…), generando grandes reducciones de costos. Entre las herramientas están los programas de formulación no lineares que pueden traer resultados de alta productividad ya que consideran numerosas variables en la formulación como intervalo de vacío, densidad, estación del año, clasificación de aparceros, para determinar la mejor nutrición para las aves en esa situación particular. El beneficio de una mejor utilización de los nutrientes a través de paquetes enzimáticos muy eficientes es otro punto que debe ser muy considerado por los excelentes resultados y la eficiencia en la producción de aves.

SI HABLAMOS DE SALUD, TODAVÍA TENEMOS GRANDES DESAFÍOS, COMO LA INFLUENZA AVIAR Y NEWCASTLE ¿CÓMO LA AVICULTURA DEL SIGLO 21 PUEDE SUPERARLOS?

A nivel mundial, la salud de las aves, sigue siendo un factor importante en el éxito de la avicultura. Países como China y México, segundo y sexto mayores productores de pollos, todavía enfrentan enormes ineficiencias y altos costos de producción debido a problemas de salud. Los Estados Unidos, mayor productor de carne de pollo en el mundo está constantemente en riesgo de contaminación y eso implica en contingencias sanitarias complicadas. Sin embargo, este mismo país ha dado ejemplos de cómo se puede controlar la salud de las aves del país de manera eficiente dentro, y salir de grandes contingencias. Esto se debe principalmente a los programas de investigación intensa en este ámbito, el control de los brotes de enfermedades con la erradicación de las aves y el aislamiento de las zonas afectadas. Un programa serio entre el gobierno, industria y productores que han trabajado de manera muy eficaz.

DENTRO DEL TEMA DE SALUD AVÍCOLA,
¿EN QUÉ TENEMOS QUE SEGUIR AVANZANDO? ¿LAS VACUNAS DE HOY SON SATISFACTORIAS? ¿QUÉ PODEMOS ESPERAR?

En Brasil, los problemas más graves en salud animal no son todavía una realidad. La producción avícola en general, ha estado invirtiendo en la mejora de las medidas de bioseguridad en las granjas y los programas de prevención, especialmente en la movilización de las aves. El gobierno ha establecido, a lo largo de los años, los programas de control y prevención de enfermedades graves y ha tenido éxito en evitar un brote más grave en el país. Es esencial que este programa siga teniendo éxito, siguiendo estrictamente las disposiciones en los casos de brotes, actuando con la erradicación de las aves afectadas, el aislamiento de la zona y la posible asistencia financiera a los afectados. Los programas de vacunación han contribuido de manera significativa a la evolución de la eficiencia en la industria avícola mundial. El nivel tecnológico de las vacunas (vacunas recombinantes) es extremadamente alto y tenemos soluciones eficientes para casi todas las enfermedades. Todavía hay oportunidades en algunos agentes virales que tienen una capacidad muy alta de mutación, pero hay que estar atentos, ya que estas nuevas tecnologías están llegando al mercado de forma muy rápida y el primero en capturar este beneficio son los que suelen tener un alto desem- peño más rápido en la avicultura.

Artículo publicado en
Los Avicultores y su Entorno 105
Tomado de: http://bmeditores.mx

lunes, 28 de diciembre de 2015

Tipos de alimento para el ganado vacuno

compartir
Hay muchos tipos diferentes de alimento que el ganado vacuno reciben durante su vida, a menudo alimentada a ellos en combinaciones diferentes con objetivos nutricionales específicos y el crecimiento en mente.
 
Raciones y la composición de alimentación puede variar en función de la época del año, el alimento que está disponible actualmente y económica y la categoría y el sexo de los animales.
Maíz
 
Cifras de maíz en gran parte en la alimentación de determinados tipos de ganado de carne, como a segundo plano y acabado novillos y vaquillas. En el esquema de alimentación de uno, los novillos se alimentan 2.250 libras de maíz en el transcurso de 212 días. (Lea: 7 dietas para suplementar ganado durante el verano según la región)
 
Backgrounding refiere al pastoreo de ganado joven en preparación para el corral de engorde, mientras que el acabado consiste en alimentar el ganado durante los últimos meses antes del procesamiento.
 
El maíz se puede administrar al ganado en todo o tierra seca forma de cáscara. Mezcla de maíz con otros granos como sorgo reduce la acidosis y mejora la eficiencia de la alimentación. Algunos ganado de carne en sistemas de alimentación especificados reciben poca o ninguna maíz, tales como trigo, pasto novillos y vaquillas, y del este y del oeste de Kansas de animales en los sistemas durante toda la temporada de pastoreo.
 
El sorgo de grano y forrajes
 
Sorgo constituye otro gran parte de la alimentación de ganado vacuno determinados, y se puede administrar en cantidades aún mayores que cualquier maíz alimenta al ganado. (Lea: Henolaje de alfalfa y remolacha, alternativa de dieta bovina)
 
Sorgo se puede administrar al ganado como grano o ensilaje, este último que es el forraje húmedo almacenado en silos. Trigo novillos y vaquillas pastoreo recibir 240 libras de grano de sorgo, también conocidas como milo, más de 120 días, y no ensilaje de sorgo, mientras que backgrounding y acabado novillos y vaquillonas reciben tanto el grano y ensilaje de sorgo en proporciones aproximadamente iguales. Este último novillos y vaquillas también reciben maíz y heno de alfalfa, además de sorgo, mientras que el primero no.
Pradera y heno de alfalfa
 
Hay puede ser una parte relativamente pequeña o considerable de la dieta del ganado vacuno y se utiliza junto con otros alimentos, tales como el maíz y el sorgo. Proporcionalmente, un acabado novillo novillo puede recibir 435 libras de heno de alfalfa en comparación con 1855 libras de maíz y 1.235 libras de grano de sorgo más de 141 días.
 
Cuando la alimentación de heno para ganado vacuno, ganado “Today” informa comenzando con el heno solo para las primeras 12  horas, a continuación, colocar el resto de la ración mixta en la parte superior de la paja. La colocación de la ración en otra parte resulta en el ganado que comen demasiada cantidad de heno o la ración mixta, dando lugar a problemas digestivos.
 
Pasto
 
En ciertos tipos de sistemas de alimentación, pastos y suplementos pueden ser los únicos tipos de alimento que el ganado reciba. Dependiendo de si el ganado es pastoreado durante toda la temporada o temprano intensivo, sus días en el pasto puede ser de 75 o 150 días. (Lea: Dieta bovina ideal en Boyacá y Cundinamarca para este periodo)
 
Los defensores de la carne de vacuno alimentado de hierba hacen la distinción entre el ganado que se ha pastoreado durante toda su vida, en lugar de ser pasto-acabado o de pastoreo en la última parte de su vida. Por la misma razón, puede haber sido ganado de pastoreo temprano en la vida, pero entonces terminado grano. Grano terminado carne no contiene tantas saludables ácidos linoleico conjugado y omega-3 los ácidos grasos al igual que sus homólogos de hierba terminado.
 
Tomado de: www.agroalimentando.com

miércoles, 23 de diciembre de 2015

La alimentación de la ponedora y la calidad del huevo

huevo
Factores de producción como la edad, la estirpe, la muda forzada, los programas de luz, las instalaciones y el ambiente, la sanidad y, por supuesto, la alimentación de las gallinas, pueden modificar el rendimiento y la composición química del huevo y de sus propiedades funcionales.
Durante años se ha trabajado en el establecimiento de cuáles son las necesidades nutricionales de la gallina, la reducción del consumo de pienso y, por tanto, la mejora de los índices de conversión. Lógicamente, esta preocupación por los costes sigue teniendo vigor en la actualidad. Pero desde hace ya un tiempo, en los países desarrollados no es suficiente con producir de manera eficaz y barata; además es necesario conseguir productos de calidad. En un mercado competitivo, el huevo debe ofrecer algo más que una fuente barata de proteína y energía al consumidor: debe ser un producto diferenciado, que resulte agradable al paladar, que no constituya ningún riesgo sanitario y, si fuera posible, que no tuviese la fama de ser un producto rico en grasa y en colesterol. Lógicamente, algunas de estas cuestiones pueden resolverse mediante campañas de marketing, pero otras son técnicas que requieren un buen manejo de las explotaciones y un seguimiento adecuado del producto. Entre las cuestiones técnicas puede que una de las más interesantes sea la capacidad de manejar la alimentación de la gallina para conseguir mejorar la calidad del huevo. En este sentido, este artículo tiene como objetivo ahondar en las cuestiones de la nutrición de la gallina que pueden tener una influencia en la calidad del huevo.

Efectos sobre la yema

Las diferencias en el color, la consistencia y la composición de la yema pueden deberse a la alimentación de la gallina. Dado que la yema tiene un alto porcentaje de lípidos en su composición, la asimilación de pigmentos liposolubles modificará el color de la yema. Así, encontraremos yemas de colores que van desde el amarillo pálido hasta el anaranjado intenso. Algunas materias primas como el maíz o la alfalfa contienen xantofilas, que darán el color característico a la yema, pero también es posible suministrar los pigmentos adecuados en el pienso para obtener el color deseado. Así, la combinación de zeaxantina y de luteína con capsantina o análogos sintéticos en las dosis adecuadas modificará el color de la yema, de forma que se cumplirán las expectativas del consumidor.
alb-jun2011-14
La consistencia de la yema no depende demasiado de la alimentación a la que se haya sometido a la gallina, ya que factores como el tiempo transcurrido desde la puesta, las condiciones de almacenamiento y la edad de la gallina son los principales responsables de la posible pérdida de consistencia de la misma. Dicha consistencia depende de la permeabilidad de la membrana vitelina al paso de determinados cationes hacia su interior.
Otra cuestión de calidad de la yema es la presencia de las conocidas como manchas de sangre. Éstas suelen aparecer en la superficie de la yema y son pequeñas hemorragias que tienen lugar durante la ovulación; los colores pardos de estas manchas se deben a la oxidación de las mismas por la basificación del albumen, con el que están en contacto. Estas manchas, al igual que las conocidas como manchas de carne, están determinadas principalmente por aspectos genéticos, así como por cuestiones relacionadas con la edad y el estrés al que se ven sometidas las gallinas. No está del todo demostrado que sobre dichas manchas exista un efecto de la alimentación, aunque es posible que aumentos drásticos en el nivel de proteína de la dieta o la presencia de algunos tóxicos en el pienso puedan aumentar su frecuencia.

Efectos sobre el albumen

La principal característica de calidad del albumen es su consistencia. Dicha consistencia está muy ligada a la frescura del huevo, pero también lo está a la edad de la gallina. No obstante, el pienso que recibe el animal puede modificar la consistencia del albumen. Así, el nivel de proteína del pienso o la presencia en el mismo de contaminación por vanadio o un exceso de otros metales, como el magnesio, modificará la consistencia del mismo.
En cuanto a la concentración de proteína del pienso, una reducción de la misma tiene efecto positivo en la consistencia del albumen, ya que aumenta las unidades Haugh, mientras que el efecto contrario se observa al aumentar el nivel de inclusión de proteína en la dieta. Lo mismo ocurre cuando se trata de aminoácidos concretos; por ejemplo, la inclusión de mayores niveles de lisina en el pienso mejora esta característica del albumen. El perfil de aminoácidos modifica la consistencia del albumen y con ello las unidades Haugh. Por lo tanto, proteínas de diferente origen provocarán cambios en la consistencia del albumen, debido a su diferente composición en aminoácidos.
Algunas fuentes proteicas que mejoran la consistencia del albumen son la harina de habas y la harina de carne, mientras que otras, como la harina de girasol o de colza, presentan efectos negativos sobre la consistencia del albumen. Se han hecho experimentos utilizando L-carnitina en los que también se ha observado un efecto sobre la calidad del albumen.
Diversos autores han señalado el efecto de los metales sobre la consistencia del albumen. Así, se ha determinado que dietas con aproximadamente un 0,9% de magnesio consiguen mantener la estabilidad del albumen durante el almacenamiento y, por tanto, mantener en un nivel alto las unidades Haugh. Lo contrario ocurre con el vanadio, ya que pequeñas concentraciones de este metal (10 ppm), por ejemplo procedentes de algunas fuentes de fosfato bicálcico, han provocado una mala consistencia del albumen. Diversos experimentos con otras materias primas han intentado resolver el problema de la contaminación por vanadio: un 5% de la harina de semilla de algodón, un 10% de subproductos de la fermentación de granos (DDG) o 1.000 ppm de ácido ascórbico contrarrestan los efectos del vanadio.

Efectos sobre la cáscara

alb-jun2011-15El único criterio de calidad de la cáscara modificable a través de la alimentación que recibe la gallina es su espesor.
La cáscara del huevo está formada en un 94% por carbonato cálcico. El ión carbonato procede directamente de la difusión de CO2 de la sangre hacia las células de la glándula de la cáscara, de manera que cuando aumenta la presión parcial de este gas en la sangre, más fácil es la deposición de carbonato. Así, a mayor altitud, se podrán formar cáscaras más gruesas, puesto que la presión atmosférica es menor y, por tanto, será mayor la presión parcial de CO2 en la sangre respecto al exterior. Por lo tanto, la deposición de ión carbonato no es dependiente de la alimentación. Sí lo es la deposición del ión calcio. Este ión tiene dos orígenes: los huesos y el pienso. Muchos estudios han demostrado la movilización de calcio a partir de los huesos, pero también se ha comprobado que la dosificación extra de calcio en el pienso puede favorecer la deposición de carbonato cálcico en el huevo sin que sea necesaria la movilización total a partir de los huesos. No obstante, la absorción de calcio procedente del alimento tiene lugar en las horas siguientes a la ingestión del mismo, esto es, durante el día. Y, sin embargo, la mayor parte de la deposición del calcio de la cáscara tiene lugar durante las horas de oscuridad. Por ello, una cierta movilización de calcio de los huesos se produce de manera inevitable y, en consecuencia, es necesaria una provisión de calcio y fósforo para la mineralización de éstos.
Por tanto, en la formulación de piensos para gallinas ponedoras se debe tener en cuenta que una parte del calcio debe ir destinado a reponer el movilizado desde los huesos y otra directamente a la deposición en la cáscara.
El calcio destinado a la reposición ósea debe ir acompañado de fósforo inorgánico, por ejemplo, fosfato cálcico, mientras que el calcio que va directamente a la deposición en la cáscara podrá proceder de otra fuente de calcio diferente, por ejemplo, el carbonato o el bicarbonato cálcico. En los últimos años se ha comenzado a trabajar con fuentes de fósforo orgánico, presentes en algunas materias primas de origen vegetal. Para el aprovechamiento de este fósforo orgánico, que aparece en forma de fitatos, se recurre a la adición de fitasas, enzimas capaces de mineralizar el fósforo presente en los fitatos. Se ha visto que la adición de fitasas tiene efecto positivo sobre el espesor de la cáscara, pero también sobre la cantidad de albumen del huevo.
El tamaño de las partículas de la sal de calcio utilizada tiene gran importancia, de manera que partículas muy finas (a pesar de que se podrían absorber mejor al degradarse más fácilmente en el tracto digestivo de la gallina) suponen un mayor rechazo por parte del animal. Además, las partículas más gruesas tardan más tiempo en degradarse, lo que puede suponer un mayor retraso en su absorción y, por tanto, una mayor concentración de calcio en sangre en el momento de la deposición en la cáscara. Una recomendación podría ser la adición de calcio con 2/3 de partículas gruesas. Así mismo, también existe una relación entre la fuente de calcio y la digestibilidad del mismo, debido a la diferente digestibilidad de los diversos orígenes del calcio, lo que provoca una diferente absorción y deposición de éste en la cáscara del huevo. Una combinación de piedra caliza molida (32%) y conchilla de ostras (68%) da unos buenos resultados, en cuanto al espesor de la cáscara se refiere.
Por otra parte, la absorción de calcio disminuye cuando se incrementa la cantidad ingerida de este elemento, de manera que dietas a las que se les añade un alto porcentaje de calcio, al ver reducida su absorción, serían menos eficaces en la deposición de calcio en la cáscara del huevo. Las recomendaciones de calcio de los diferentes autores se mueven en torno a 4,1 g/kg de pienso para consumos de pienso por gallina alrededor de 110 g/día. No obstante, el nivel de calcio debería revisarse si se modifica la concentración de grasa del pienso, puesto que una parte del mismo podría dejar de absorberse por la formación de jabones cálcicos en el intestino de la gallina.
Además, la eliminación de calcio no absorbido puede mejorarse con la adición de la provitamina 1,25 dihidroxi D3, que ayuda en la absorción en el intestino, en la movilización del mismo desde el hueso para asegurar que el calcio plasmático se mantenga en los niveles normales, en la fijación de calcio por la glándula productora de la cáscara y en la reabsorción renal del calcio.
La cantidad de sales del agua también puede influir en la absorción de calcio en el intestino, por lo que es necesario tener en cuenta este factor. Así, aguas ricas en sales dificultan la absorción de calcio y su deposición en los huevos, por lo que deberían reducirse los niveles de sal en la dieta para compensar el exceso.
Otro aspecto que influye sobre la calidad de la cáscara es el perfil de aminoácidos. Conforme aumenta la proporción de lisina (aminoácidos azufrados), mejora el espesor de la cáscara. Algo similar se ha comentado al mencionar los efectos sobre el albumen, por lo que parece interesante tener en cuenta este aspecto.
El colesterol del huevo
Durante algún tiempo se ha trabajado en la reducción del colesterol de los huevos. No obstante, el éxito de las investigaciones encaminadas a conseguirlo ha sido escaso, debido, probablemente, a la importancia del colesterol en el desarrollo embrionario del pollito, que carece de un mecanismo de síntesis de esta sustancia, imprescindible para la vida animal. Así, la adición de esteroles vegetales en la dieta de la gallina ha dado resultados variables: altos niveles de fibra, como por ejemplo la alfalfa, consiguen una ligera disminución del contenido en colesterol del huevo; la reducción de la ingesta energética disminuye verdaderamente el contenido en colesterol del huevo, pero también disminuye con ello la producción de huevos, y aunque ensayos con vitaminas C o E han alcanzado cierto éxito en condiciones experimentales, no han conseguido resultados lo suficientemente satisfactorios aplicables a escala comercial. Así pues, parece que, de momento, la disminución de este nutriente del huevo no es eficaz mediante el manejo de la alimentación.
alb-jun2011-16

Huevos enriquecidos

Además de la calidad entendida en los términos que se han definido en esta revisión, otros aspectos de la composición del huevo pueden ser de interés a la hora de conseguir productos atractivos para el consumidor, dándoles un valor añadido.
Gracias a la alimentación es posible cambiar el perfil de ácidos grasos del huevo, su nivel de colesterol, la cantidad de antioxidantes presentes y su capacidad espumante, entre otras.
El principal trabajo en este sentido ha sido la incorporación de ácidos grasos poliinsaturados a la yema del huevo, sobre todo los de la familia omega-3, ácidos grasos esenciales que reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La adición de fuentes de ácidos grasos de este tipo en la dieta de las gallinas ponedoras ha permitido la deposición de cantidades significativas de los mismos en la yema. No obstante, tanto la fuente como el ácido graso de la familia omega-3 en cuestión son importantes. Parece que el ácido docosahexaenoico (DHA) es el más interesante (más que el eicosapentanoico o el propio linolénico) en la deposición de omega-3 en la yema del huevo. Aunque algunos vegetales, como la colza y el lino, contienen cantidades notables de estos ácidos grasos, las principales fuentes de este ácido graso son el pescado y las algas. Dado que el pescado produce ciertos olores indeseables en los huevos, parece que las algas pueden ser la fuente óptima para la deposición de ácidos grasos omega-3 en el huevo. Se admite que el uso de un 4,6% de algas en pienso permite obtener huevos con hasta 215 mg de ácidos grasos omega-3 manteniendo un sabor y un olor aceptables.
Sin embargo, el enriquecimiento de los huevos con ácidos grasos poliinsaturados requiere un aumento de antioxidantes para evitar la oxidación de estos lípidos y, consiguientemente, la aparición de metabolitos de la degradación de los mismos, que pueden ser mutagénicos, como el malonaldehído.
En este sentido, el a-tocoferol (vitamina E) desempeña un papel clave, por su efecto antioxidante. Su incorporación en el pienso es eficaz, ya que incrementa la deposición del mismo en la yema y, de esa manera, corrige la inestabilidad oxidativa de los huevos enriquecidos con aceites omega-3. La adición de 200 mg de a-tocoferol por kg de pienso reduce considerablemente la degradación de los ácidos grasos omega-3 y, por tanto, la aparición de metabolitos indeseables.
En los últimos tiempos se ha producido un creciente interés por el ácido linoleico conjugado (CLA), ya que parece que tiene cierto efecto anticancerígeno, además de tener ciertos efectos en el metabolismo energético del organismo. Este ácido graso, derivado del ácido linoleico y que aparece de forma natural como parte del metabolismo de los rumiantes, puede aparecer en el huevo si se alimenta a las gallinas con CLA. De esta forma, es posible conseguir huevos que aportan entre 130 y 350 mg de CLA cuando éste se añade en un 3% en la dieta, suponiendo este ácido graso hasta un 20% de la grasa total del huevo. No obstante, aunque la tasa de deposición de CLA en el huevo es alta, ésta puede disminuir cuando al pienso se incorporan otras fuentes de grasa. Así mismo, la incorporación de CLA también implica un cambio en la concentración de otros ácidos grasos, observándose en general un aumento en la proporción de ácidos grasos saturados y una disminución de monoinsaturados. Y, por último, la adición de CLA tiene efectos sobre algunos parámetros de calidad comercial del huevo, como una mayor gomosidad en la textura de la yema, lo cual parece ser debido a un aumento de la permeabilidad de los fosfolípidos de la membrana vitelina.
Sin embargo, algunos estudios han demostrado que la complementación conjunta de piensos con CLA y aceites de pescado o de linaza incrementa la retención de ácidos grasos omega-3 en la yema del huevo. Dado que el CLA tiene también efecto antioxidante, su adición conjunta podría ayudar a disminuir los problemas de una menor estabilidad oxidativa de los huevos enriquecidos con ácidos grasos omega-3. Por otra parte, la complementación del pienso con ácidos grasos poliinsaturados podría reducir los problemas de excesiva firmeza de la yema de huevos enriquecidos con CLA. Desafortunadamente, esto no ocurre de la misma manera con todos los ácidos grasos omega-3, obteniéndose los mejores resultados con la adición de ácido docosapentaenoico (DPA) y CLA.
La adición de otros antioxidantes, como el resveratrol (polifenol procedente del hollejo de la uva) a 400 mg/kg de pienso mejora el poder antioxidante en los huevos, y se ha comprobado que disminuye la concentración en la yema de los productos de degradación de los ácidos grasos insaturados.
M. D. Soler, C. Garcés y J. I. Barragán
Departamento de Producción Animal, Sanidad Animal, Salud Pública Veterinaria y Ciencia y Tecnología
de los Alimentos
Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera
Imágenes Albéitar
Tomado de: http://bmeditores.mx/

lunes, 14 de diciembre de 2015

Lombrices contra el cambio climático

Lombrices contra el cambio climático

  • Reponer la tierra en las plantaciones de café con humus de lombriz es un arma de los caficultores, pues el abono contiene los ingredientes principales que las plantas necesitan
el paisCualquier jardinero o productor sabe que las lombrices son buenas para la tierra. El humus de lombriz es considerado por agricultores experimentados como la crème de la crème del abono orgánico. Pero, para los caficultores en América Central, las lombrices son también un aliado inesperado para luchar en contra del cambio climático.
Arriba en las montañas del departamento de Sololá, en la región salpicada de volcanes del pacífico guatemalteco, se encuentran los pueblos de Pasac y Xejuyup. Esta área, alrededor de 15 kilómetros de la ciudad de Quetzaltenango, en la municipalidad de Nahualá, alberga a la cooperativa de café Nahualá. Fue aquí donde un grupo de caficultores indígenas se reunió hace cincuenta años para intentar combatir la pobreza extrema, prevalente en este lugar remoto y montañoso. (VER: los cientificos resulos cientificos resuelven el misterio de la digestion de las lombrices de tierra)
Hoy en día 125 familias son miembros de la cooperativa, que está certificada por Fairtrade. Los caficultores de Nahualá trabajan en laderas entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar, donde cultivan árboles de café arábica de variedad bourbon, la cual puede producir hasta 30 por ciento más que otras variedades. La cooperativa ha ayudado a traer estabilidad económica y desarrollo a la comunidad.
“Una buena cosecha tiene una importancia enorme para la economía familiar”, dice el gerente de la cooperativa, Juan Choc. “Todas nuestras actividades dependen de ella.”
Las lombrices pueden comer una cantidad igual a su peso corporal en un día
Pero el cambio climático es un reto en aumento para la cooperativa. En el 2012, ocurrió una catástrofe cuando una fuerte epidemia de roya se esparció a lo largo de Latinoamérica y el Caribe, causando grandes pérdidas en la cosecha de café. A comienzos del 2013, Guatemala declaró un estado de emergencia agrícola. Casi tres cuartos de la cosecha de café en el país fueron arruinados por el hongo.
La roya –o Hemileia vastatrix– apareció por primera vez en África Oriental hace aproximadamente 150 años pero, a causa del calentamiento global, la plaga se volvió mundial, especialmente para el café arábica, que constituye el 70 por ciento de la producción global. Los agricultores conocen de sobra el ciclo de devastación: las brillantes hojas verdes de la planta se vuelven marrones, antes de que el hongo se esparza a los granos de café, cambiando su color rojo vivo por un gris apagado. Los arbustos pueden ser tratados con químicos, pero puede tardar años para que una planta se recupere.
Las buenas noticias son que la roya no puede sobrevivir en temperaturas por debajo de los 10 grados Celsius. Es por esto que los caficultores tienden a trasladarse más arriba en las montañas, donde un clima más frío y más seco mantiene a raya a las enfermedades. Pero los cambios más pequeños de temperatura, lluvia y humedad pueden causar estragos en los cultivos. La roya hace que los cafetos pierdan sus hojas y produzcan menos granos, que además son de menor calidad. Es un peligro anual en esta parte del mundo, que implica una amenaza continua para la economía familiar agrícola. Y hay un nexo estrecho entre enfermedad, cambio climático y la baja calidad de la tierra.
Es ahí donde entran en juego las lombrices. “Usamos la pulpa o la cáscara de los granos de café,” dice Juan. “Cuando ninguna está disponible, usamos maleza y residuos de cocina orgánicos para alimentar a las lombrices. Los caficultores llenan un costal con cincuenta kilos de abono orgánico y lo llevan en sus espaldas a los cultivos. Este es un trabajo grande para la comunidad,” dice él, “pero queremos recuperar lo que se perdió y dejar un buen legado a nuestro hijos.” ( VER: los excrementos de las lombrices una clave para medir el clima del pasado)
Las lombrices pueden comer una cantidad igual a su peso corporal en un día. Al alimentarlas con restos de comida o materia orgánica en descomposición, como por ejemplo hojas o pulpa de los granos de café, ellas dan mucho más en términos de nutrientes para las plantas y microorganismos para reinvertir en la tierra.
El abono de lombriz contiene no sólo los ingredientes principales que las plantas necesitan –nitrógeno, potasio y fósforo–, sino también muchos micronutrientes, como calcio y manganeso. Piensen en todos estos como equivalentes a las vitaminas que los humanos necesitan.
Además, el humus de lombriz –o vermicompost– resultante, que contiene gran cantidad de ácido húmico, mejora también la condición y la estructura de la tierra. El resultado: una tierra llena de nutrientes y de buena calidad que puede respirar, conservar agua y que se drena bien, lo que quiere decir que las plantas sembradas en ella serán fuertes, saludables, productivas y más capaces de resistir a la temida roya.
“Estamos justo en las laderas del volcán Santo Tomás,” dice Juan. “La tierra es vulnerable tanto a la erosión como a la sequía. Nuestros abuelos nos dicen que hace cincuenta años la tierra aquí era muy fértil. Y por esto ellos podían recoger grandes cosechas. Pero ahora la producción no es tan buena como solía serlo.”
Reponer la tierra en las plantaciones de café con humus de lombriz no es la única arma de los caficultores en su lucha contra el cambio climático. Han llevado a cabo proyectos de reforestación, para que sus cafetos puedan crecer bajo una cubierta frondosa, y han diversificado sus cultivos con otras plantas como maxán (cuyas hojas se usan en gran parte para envolver tamales) y banano, que son más capaces de adaptarse a las cambiantes condiciones locales.
Juan y sus compañeros caficultores son realistas sobre el futuro. Las lombrices por sí solas no resolverán el cambio climático, pero pueden ayudar a contrarrestarlo. “Cuando las plantas no tienen acceso a nutrientes en la tierra, se vuelven como niños mal alimentados,” explica él. “Pero cuando las plantas pueden obtener lo que necesitan y están saludables, pueden resistir a la roya.”
Fuente: http://www.mundoagropecuario.com/lombrices-contra-el-cambio-climatico/

sábado, 12 de diciembre de 2015

Indulto a la carne: de villana nutricional a estrella gastronómica

Le imputaron los delitos más terribles. La juzgaron sin piedad. La condenaron con el máximo rigor. Durante décadas, el consenso nutricional relegó a la carne al papel de villana e incitó a sacarla del plato.
a avanzada veggie y el discurso ambientalista –poco menos que culpando a la ganadería del cambio climático y atribuyéndole toda clase de catástrofes– terminaron de asestarle, en los últimos años, lo que parecía una estocada final: comer carne equivalía, según esta óptica, a un acto no solamente insalubre sino también cruel y anti-ecológico. La vanguardia culinaria, a tono con la tendencia, también la ninguneaba: los bichos de mar desplazaban a los de tierra en el imaginario de la sofisticación gourmet. Aquello del pecado de la carne ya no era una simple metáfora moralizante: su significado se había vuelto literal. La culpa atormentaba a los espíritus carnívoros.
Y de pronto, la tortilla (o el bife, para el caso) se empezó a dar vuelta. De enemigo público número uno de la alimentación saludable y sustentable, la carne roja mutó en estrella gastronómica. Sus críticos acérrimos pasaron a venerarla. Y quienes la creían condenada a perpetua hoy son testigos de un inesperado indulto. Parafraseando el latiguillo clarinesco: “ahora dicen que comer carne hace bien”. 
Sana y sutentable: ¿enemido equivocado?
La faena de des-demonizar a la carne se cimenta en bases científicas: recientes estudios, artículos y publicaciones relativizan sus efectos nocivos y aconsejan incrementar su ingesta. Los grandes medios amplifican estas voces y los comensales asisten, mientras afilan sus cuchillos y colmillos, a un cambio de paradigma. “Red meat is not the enemy” (“La carne roja no es el enemigo”), el título elocuente de una nota publicada semanas atrás por el New York Times, resume este vuelco. (Hablemos de carne)
Su autor, Aaron Carroll, se presenta como profesor universitario de pediatría e investigador en políticas de salud y sostiene, básicamente, que ninguna comida ha sido atacada de manera tan generalizada, vehemente y exagerada como la carne; que no existe evidencia para justificar semejante embestida y que el problema radica en el exceso y en la predilección por los alimentos procesados en lugar de los naturales y frescos. Su tesis: nos enfermamos más porque ingerimos más calorías y de baja calidad (productos industrializados, embutidos, congelados); no por culpa de un nutriente en particular. La obsesión por evitar las grasas y la carne, dice, se reflejó en los hábitos del consumidor pero no se tradujo en una población más saludable. 
En el mismo sentido, uno de los best sellers sobre alimentación que agitaron el mercado editorial en Estados Unidos en 2014 lleva la firma de la periodista especializada Nina Teicholz y se titula “The big fat surprise: Why butter, meat & cheese belong in a healthy diet” (“La gran sorpresa gorda: Por qué la manteca, la carne y el queso pertenecen a la dieta sana”).
El texto apunta, justamente, a demostrar que una dieta equilibrada y beneficiosa para el organismo debe incluir carne, queso y manteca y que las grasas naturales de origen de animal no son malas en sí mismas. De hecho, los lácteos enteros y de alto valor lipídico comparten con la carne esta flamante buena prensa (que los más adeptos a las teorías conspirativas adjudican al lobby de la industria). No es casual que, también el año pasado, con pocas semanas de diferencia la prestigiosa revista Time haya estampado en su portada la frase “Eat butter” –“Coma manteca”– y el columnista foodie del NYT rubricara una columna bajo el lema “Butter is back” (“La manteca ha regresado”).
Este panorama se complementa con la pata consciente o comprometida del fenómeno: los carnívoros se han apropiado de la prédica responsable que, hasta hace poco, parecía patrimonio exclusivo de vegetarianos, crudiveganos y afines. En ese marco, crece a paso firme y a mugido sonoro el movimiento que promueve el trato ético a los animales, las carnes de pastoreo en detrimento de las de feedlot (espacios donde las vacas son confinadas a corrales de engorde intensivo, inmovilizadas, provistas de una dieta ajena a su naturaleza y plagadas de antibióticos), la trazabilidad, el consumo local y otros pilares del ideario ecofoodie. (Lea: 8 tips saludables para disfrutar de las carnes rojas)
Una encuesta entre 1.300 cocineros yanquis pronosticó que las carnes locales (es decir, provenientes de establecimientos agropecuarios cercanos a los lugares de distribución y venta) serán la “food trend” del año en 2015. En tanto, la ciudad de Denver, Colorado, acaba de ser escenario de la cumbre Slow Meat, un encuentro organizado por los impulsores de la movida Slow Food que contó con la presencia de granjeros, carniceros, chefs y expertos en la materia.
El mantra del “nose to tail” (de la nariz a la cola) fue uno de los tópicos claves del debate en este encuentro celebrado del 4 al 6 de junio. La premisa: aprovechar todas las partes del animal como un medio para combatir el flagelo del desperdicio de alimentos. Cuestiones que, si bien por estos pagos todavía no dominan las preocupaciones del público a escala masiva, marcarán la agenda del sector por los próximos años.  
RENDY & GOURMET: EL UPGRADE DEL ASADO
En tiempos donde la tendencia propone un retorno a lo rústico y lo primitivo, el ritual de la faena, el fuego y la carne han recuperado protagonismo en la escena gastronómica. Al cabo de un par de años, la espuma de la ola verde (léase veggie) empieza a bajar y los cocineros top se reconcilian con la cultura carnívora.
Las dietas bajas en grasas o carbohidratos dejan paso a aquellas ricas en proteínas, con la paleo a la cabeza, que insta a comer como en el paleolítico: carne, frutas y vegetales, evitando cualquier ingrediente posterior al desarrollo de la agricultura. Los comensales urbanos celebran cierta reconexión con las instancias del proceso que antes se ocultaban y eran tabú: un ejemplo local es el del restaurante La Carnicería, una de las aperturas porteñas más resonantes del último año, que exhibe una gigantografía de reses colgando a modo de ambientación; y se jacta de ofrecer solo cortes provenientes de animales de pastura del propio campo de uno de los propietarios.
Los carniceros, en tanto, se consolidan como nuevas estrellas del mundillo foodie, tanto a nivel internacional (con el peruano Renzo Garibaldi al frente de la flamante legión de neo-butchers estrella), como en el ámbito local, con el auge de carnicerías boutique como las palermitanas Piaf y Amics. Versiones cool del choripán, el asado y el sándwich de lomito copan los menús de los catering más cotizados para reuniones sociales y empresariales. Los eventos y ciclos temáticos dedicados a la carne se multiplican: en Nueva York los antiguos banquetes “Beefsteak” –bacanales cárnicas que se remontan al siglo XIX, donde se come con la mano hasta decir basta– experimentan un revival, mientras que los grandes maestros del BBQ anglosajón despliegan su talento en los ya míticos festivales Meatopia de EE.UU. y Gran Bretaña. (Lea: Carne de res, fuente de hierro y proteína)
Por estos pagos, chefs vanguardistas como Dante Liporace, de Tarquino (considerado el tercer mejor restaurante del país) deconstruyen y reinventan la tradición vacuna, en su caso ofreciendo la “Secuencia de la vaca”: un menú degustación que acaba de relanzarse con pasos tan originales como brioche de seso con jugo de ossobuco. Inspirado en la filosofía sustentable del nose to tail, y bajo la premisa de “sacar a la vaca de la parrilla y llevarla a la cocina de autor”, la propuesta del joven Liporace (formado en las huestes ya legendarias de elBulli) atrae a turistas de todas las latitudes ávidos de explorar el lado B de la tan mentada carne argentina.
Por Ariel Duer
Ilustración: Celeste Rodriguez
Tomado de: http://www.contextoganadero.com/

jueves, 10 de diciembre de 2015

Una vaca de 500 kilos necesita 70 kilos de pasto para producir 15 litros de leche

compartir
qué comen las vacas
Las vacas de leche requieren pastos de alta calidad para producir en su periodo de lactancia. Foto: CONtexto ganadero.
El sostenimiento de la curva de producción láctea se alcanza si el ganadero calcula de forma periódica el peso de la vaca, la cantidad y calidad de los forrajes establecidos en el predio y la suplementación alimenticia.
 
Las matemáticas son una herramienta vital en la ganadería,sobre todo en predios especializados en leche que buscan mantener picos altos o estables de producción láctea durante todo el año.
 
Este objetivo se alcanza si las multiplicaciones en el predio quedan bien hechas, las cuales se hacen teniendo en cuenta el aforo de bovinos y praderas. (Lea: Nutrición del ganado: más que dar pastos, suplementos y agua al azar)
 
En ese sentido, Ernesto González Cely, médico veterinario y profesional de Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, administrado por la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, expresó que una vaca debe consumir entre 10 y 14 % de su peso corporal en forrajes verdes.
 
Es clave comprender que el forraje tiene 80 % de agua y 20 % de materia seca, lo que es relevante para calcular la cantidad de pasto de calidad que se dará a la vacada.
 
Para Manuel Gómez Vivas, médico veterinario y funcionario de la Oficina de Investigaciones Económicas del FNG, una vaca de 500 kilogramos debería consumir al día 70 kilos de forrajes, de los cuales 15 kilos son de materia seca para producir más de 15 litros en ese mismo periodo.
 
La cantidad de pasto que al día debe comer una vaca con ese peso dependerá además de la calidad de los forrajes, lo que se logra mediante un manejo adecuado en la rotación de potreros, pastoreos en momentos óptimos de disponibilidad de nutrientes, uso eficiente de fertilizantes y la realización de un estudio bromatológico a las  pasturas para conocer cómo está la fibra y la composición general de sus nutrientes, así como evaluaciones de suelos para labores de descompactación, enmiendas o fertilización.
 
El profesional de Gestión Productiva y Salud Animal del FNG expuso que en predios del Altiplano Cundiboyancense predomina el kikuyo que aporta entre un 18 y 24 % de proteína y nutrientes totales, como energía y grasa.
 
Por eso, si se conserva el kikuyo con esos porcentajes nutricionales, proporcionar 60 kilos de este pasto al día a una vaca con 12,5 kilos de materia seca, favorecerá la producción láctea en 15 litros diarios, lo que no representa una alta producción, según González Cely, pero se puede aumentar si se adicionan suplementos alimenticios.
 
“La fuente adicional sería el concentrado para que esa vaca exprese su potencial genético”,anotó González Cely al mencionar que el uso de la suplementación en ganaderías de lechería especializada ayuda al sostenimiento de la curva de producción para que se generen ingresos en el hato. (Lea: El plus para alcanzar una exitosa cría de animales de leche y doble propósito)
 
Gómez Vivas por su parte señaló que se pueden usar los ensilajes de maíz, a los que se les analizarán sus porcentajes de almidones y fibra, y se buscará que el almidón alcance un promedio del 26 %, para alcanzar producciones lácteas estables.
 
Los ganaderos en Colombia aprenden sobre el manejo eficiente de la alimentación para sus hatos por medio de los talleres y seminarios que periódicamente desarrolla la Oficina de Investigaciones Económicas y la Gerencia Técnica del FNG.

Fuente: http://www.contextoganadero.com/ganaderia-sostenible/el-plus-para-alcanzar-una-exitosa-cria-de-animales-de-leche-y-doble-proposito