martes, 31 de mayo de 2016

Nutrición de la vaca en el periparto

Entre nuestros ganaderos este es un tema que se trata de ignorar, sin reconocer el grave detrimento que una deficiente nutrición de la vaca en este período acarrea sobre la cría y la madre.
Sobre la cría, Colombato ha destacado la perdida de potencial productivo. Si es un macho, se afectará la generación de adipocitos, cuya disminución causará la falta de marmóreo de la carne. De igual manera, la disminuida aparición de fibras musculares se verá reflejada en una musculatura con pobre desarrollo.
El daño a la vaca se manifestará como un parto difícil, que puede llevar a la madre y su cría a la muerte, o más frecuentemente al nacimiento de  un ternerito incapaz de seguir a la madre, el cual morirá por inanición o víctima de perros u otros depredadores.
De no ser así, la vaca iniciará su lactancia en un estado corporal depauperado debido a que su apetito durante la última parte de la gestación estuvo deprimido a causa de la presión que el útero grávido ejerce sobre el rumen, causándole disminución de su volumen y la imposibilidad de recibir la cantidad de alimento que la vaca demandaba.
Flacas
A pesar de su famélico estado la vaca sacrificará sus últimas reservas corporales en favor de la alimentación de su cría y seguirá degradando sus músculos y últimos depósitos grasos para convertirlos en leche. Es de esperar que cesada la presión sobre el rumen, la vaca recobre su apetito, sin embargo el reajuste metabólico a que su cuerpo debió someterse, lleva a un estado llamado cetosis, consistente en que la oxidación de sus reservas (para producir energía en las mitocondrias), hace que todos los nutrientes vayan perdiendo tamaño hasta  convertirse en Acetil-S-CoA, compuesto de 2 carbonos que debe ingresar al Ciclo de Krebs (CdeK) conjugándose con Oxaloacetato para generar ácido Cítrico y proseguir oxidando su carbonos  hasta CO2 y sus hidrógenos hasta H2O (combustión completa) para usar la energía de esos enlaces en la producción de ATP.
Sin embargo el oxaloacetato se encuentra en mínimas concentraciones ya que su origen son los escasos azúcares y aminoácidos presentes en un organismo famélico y en consecuencia los Acetil-S-CoA que están acumulándose comiencen a conjugarse entre sí, para formar Aceto Acetato, en sí un cuerpo cetónico, el cual por descarboxilación se convierte en acetona  que siendo volátil comienza a excretarse con el aire exhalado, que toma su olor.  De ahí la denominación de este síndrome, la “cetosis subclínica”. Corregir este estado metabólico demanda el suministro de azucares de rápida asimilación, como la glucosa intravenosa.
En la actualidad, podemos evitar la presentación de la cetosis de manera económica suministrando a la vaca lactante glicerol como parte de su alimentación, el cual es transformado en glucosa.  Pero aún mejor, una mezcla de grasa sobrepasante, glicerol y un cereal triturado.  Así supliremos la demanda de la grasa de la leche, y las  reservas corporales de la vaca, al tiempo que la glucosa se excretará como lactosa en  la leche y mantendrá la glucemia. ¿Pero qué del Calcio (Ca) y el Fosforo (P) que deben ser solubles y secretables en  la leche, como materia prima para el crecimiento del esqueleto del ternero?  En nuestra experiencia, añadir ácido fosfórico y urea al glicerol hace que el calcio de la grasa sobrepasante se asimile eficientemente y que el amoníaco proveniente de la urea en el rumen, se neutralice convirtiéndose en fosfato de amonio y no pase a la circulación como amoníaco.
Estos suplementos en cantidad de 2 Kg del cereal más 200 gr de glicerol-N-P y otros 200 gr de grasa cálcica, comenzando un mes antes del parto y continuándolos por dos meses durante cada ordeño, han mantenido la condición corporal de las vacas alrededor de 3.5, han eliminado los partos distócicos y la cetosis y más importante en términos económicos, han hecho posible tener preñadas las vacas a los 3 meses del parto, habiendo completado su involución uterina a los dos y medio meses y resolviéndoles su anestro post parto mediante un dispositivo liberador de Progesterona (P4). Estas medidas han hecho posible mejorar la rentabilidad de explotaciones lecheras en casi un 70%. Y duplicar la rentabilidad de las de carne, al duplicar la tasa de nacimientos, de una cría cada tercer año a  una cada año.
Si bien es cierto que estos niveles de producción demandan una pradera bien manejada; fertilizada, irrigada cuando se necesite, y con aporte de leguminosas, también lo es que con solo pasto tampoco se logrará, aunque destetando tempranamente las crías y secando las vacas después del destete, es posible acercarse a estos niveles.
Las crías, estén destinadas para carne o leche deben alimentarse llenando sus requisitos, solo así llegaran a ser productivas al año y medio, habiendo aprovechado esta etapa de máximo crecimiento; las hembras listas para ser cargadas, con un peso de unos 300 Kg, los machos con un peso similar, listos para ser cebados.
Es indispensable destacar que no basta con el destete precoz, el crecimiento de ternera(o)s debe ser continuo a toda costa.  Es un enorme desperdicio permitir que solo ganen peso durante las lluvias, cuando abunda y se pierde gran parte del forraje que debiera conservarse, ensilado o henificado y luego, cuando llega la sequía pierdan buena parte del peso que habían ganado. Tal dinámica de crecimiento debe repetirse por varios años, antes de que los animales  se acerquen a su peso adulto.  Pero este tiempo perdido, costoso como resulta, no es el peor de los daños causados. El peor es una carne dura, fibrosa, seca y sin marmóreo,  propia de animales viejos (3 a 4 años de edad), la cual aunque encuentra mercado localmente, está perdiendo competitividad frente a la carne de pollo y  cerdo, debido a su mala calidad.
Si en lo que los productores están pensando es en el costo de la maquinaria y del proceso para cosechar y conservar forraje, tienen razón. Sin embargo hay alternativas: la primera es la estacionalización de los partos, es decir que podemos mediante la inseminación a tiempo fijo (IATF) y resolución de los anestros, ambas con el uso del mismo dispositivo P4, hacer que los partos ocurran al inicio de las lluvias y así, al aumentar el número de animales en pastoreo, los adultos y jóvenes, se llegue a consumir todo el forraje producido.  Desde luego esto implicaría trasladar o vender parte de los animales al llegar la sequía. El traslado puede ser a fincas de montaña, donde hay más agua, especializadas en la terminación y ceba a base de pastos de corte.
La segunda medida alternativa, es introducir árboles o arbustos comestibles a la pradera, en forma de líneas orientadas  de oriente a occidente, para minimizar las sombras. Estas plantas aportan comida, pero más importante, sus raíces sirven como conductos capilares que llevan el agua lluvia  a las profundidades donde llegan  y saturan el sub suelo con agua durante las lluvias, disminuyendo o impidiendo las inundaciones. Luego en la sequía, la evapotranspiración de las hojas mantiene una atmosfera más fresca y húmeda lo cual junto con la sombra que proporcionan a los animales, eliminan o al menos reducen los funestos impactos de la sequía.
Forrajeras
Es probable que aplicando estas cuatro medidas;  destete precoz, inseminaciones sincronizadas junto con partos estacionalizados, suplementos energéticos durante el peri parto y la silvocultura, La ganadería del país se convierta en una industria cárnica de calidad para exportación, que compita con la producción de países de estaciones cuyos costos exceden en mucho a los nuestros, teniendo que conservar comida para el invierno, y albergar los animales bajo techo, en el verano y el invierno. Tales ventajas correctamente utilizadas podrían ser un baluarte de nuestra economía y del mejoramiento social de los colombianos.
Artículo enviado a Prosegan por el Dr. Luis Arturo Gil Ph.D. | Contacto: luisagilp@hotmail.com

miércoles, 25 de mayo de 2016

Aspectos generales sobre el rumen y su fisiología



Los rumiantes tienen la capacidad de utilizar como alimento, materias primas que otras especies no pueden usar. Deben esta propiedad, a la adaptación de su aparato digestivo y a la perfecta simbiosis que tiene con los millones de microorganismos que habitan en el rumen.

La interacción simbiótica entre la microflora ruminal y el rumiante en sí, constituye uno de los eventos más importantes para el desarro­llo de la vida, dado que gracias a esto, sustratos que no pueden ser utilizados por el hombre, pueden ser aprovechados por el rumiante. No obstante, la digestión de estos compuestos es realizada gracias a la acción enzimática efectuada por los microorganismos ruminales. De esta forma, los rumiantes pueden convertir celulosa y hemicelulosa, además de otros compuestos, en carne y leche indispensables para el desarrollo del hombre.

Consideraciones anatómicas y fisiológicas del rumen:

Anatómicamente, el aparato digestivo de los rumiantes presenta 4 compar­timentos gástricos: Rumen, Retículo, Omaso y Abomaso.

El órgano más importante en la diges­tión es el rumen, ya que de él depen­de en gran parte, el ataque que sufren los alimentos para ser digeridos. El retículo y el omaso también ejercen funciones mecánicas en la digestión, mientras que el abomaso o estómago glandular, realiza una parte importante de la digestión enzimática.

El rumen es un saco musculoso que se extiende desde el diafragma hasta la pelvis. Ocupa casi el 100% del lado izquierdo de la cavidad ab­dominal. Está dividido en diferentes compartimentos, separados entre sí por columnas musculares denomi­nadas pilares que dan al órgano un aspecto de surcos; dichos pilares se proyectan al interior y su función, es la motilidad del órgano para permitir el libre paso de la ingesta entre los compartimentos y estimular la fer­mentación.

En el rumen pueden apreciarse cuatro compartimentos diferentes:

El saco dorsal está separado del saco ventral por los pilares longitudinal derecho e izquierdo.

El saco dorsal presenta un pliegue coronario dorsal que limita en la parte posterior al saco ciego dorsal.

El saco ventral presenta un pliegue coronario ventral que limita en la parte posterior al saco ciego ventral.

Desde el punto de vista anatómico, el rumen y el retículo se consideran como órganos diferentes, pero dado que solo están separados por el pliegue retículo-ruminal y que existe libre paso de la ingesta entre los dos compartimentos, permitiendo que las condiciones tanto químicas como micro biológicas sean iguales, se les considera como una unidad denomi­nada rumen-retículo.

El retículo está comunicado con el omaso a través del orificio retículo omasal.

El esófago desemboca en el cardias situado en la parte dorsal del pliegue retículo-ruminal y es en este punto, donde inicia la canaladura esofágica que mide 12-18 cm y desemboca en el orificio omaso-abomasal, cuya fun­ción es la de transportar directamente la leche en el lactante del esófago hasta el abomaso.

La mucosa que reviste al rumen-retículo y abomaso es epitelial y no glandular, es decir que está formada por epitelio escamoso estratificado sin función glandular. La mucosa ruminal tiene como principal función, la absorción de agua, de ácidos grasos volátiles y otros compuestos, pero además existe cierto grado de secreción de agua.

Desde el punto de vista fisiológico, el rumen es un órgano hueco que cons­tituye una cámara de fermentación cuyas funciones son:

- Favorecer la mezcla y humidifica­ción de la ingesta va permitiendo el contacto íntimo de la microflora con los sustratos.

- Favorecer el libre tránsito de la ingesta a través de los diferentes compartimentos digestivos, lo que facilita el eructo y la regurgitación.

- Proveer del medio adecuado para el desarrollo de la microflora ruminal, responsable de la digestión de com­puestos como celulosa y hemicelulo­sa, además de la síntesis de proteína microbiana y ácidos grasos volátiles que constituyen la fuente más im­portante de energía para el rumiante.

- Permitir la absorción de ácidos grasos volátiles y agua a través de la mucosa ruminal.

Para que se efectúen las funciones ruminales de manera adecuada, se requiere de ciertas condiciones que deben mantenerse en forma constante:

- Presencia continua de sustrato ali­menticio para los diversos sistemas enzimáticos microbianos.

- Abastecimiento constante de lí­quidos, agua de bebida y saliva secretada.

- Ambiente adecuado; pH constante, condiciones de anaerobiosis y tem­peratura, adecuada que favorezcan la sobrevivencia de los microorganis­mos ruminales.

- Funcionalidad óptima de la muco­sa ruminal, para la absorción de los productos finales de la fermentación microbiana ruminal.
Aspectos generales sobre el 2


Movimientos del rumen-retículo:

Los movimientos sincronizados del rumen-retículo, ayudan a mezclar el alimento recién ingerido con el que ya se encuentra presente en el rumen. Estos movimientos ayudan a la regur­gitación y la eructación, así como el paso de la ingesta al omaso.

El rumen tiene movimientos conti­nuos, debido a que los pilares se dilatan y se contraen modificando el tamaño de los diferentes comparti­mentos del órgano.

Los movimientos ruminales se dan con una frecuencia de 3 cada 2 mi­nutos y son de dos tipos:

- Contracciones primarias; son movi­mientos que facilitan el mezclado de la ingesta, así como su movimiento entre ambos compartimentos.

- Contracciones secundarias; son movimientos coordinados y del rumen-retículo y sincronizados con diafragma y cardias, que permiten la ruminación y la eructación.

Algunos factores que modifican la actividad del rumen-retículo son: timpanismo, lesión vagal, cantidad y consistencia de alimentos.

Mezclado de la Ingesta:

Después de que el alimento es in­gerido al retículo, hay contracciones rumino-reticulares que impulsan al material más grosero y filoso de la in­gesta, hacia el saco dorsal del rumen, donde es bañado continuamente por el líquido ruminal.

La parte ventral del retículo, tiene partículas de alimento finamente mo­lidas que pasan al omaso. El alimento grosero presente en el saco dorsal del rumen, se ubica allí para ser regurgita­do y remasticado durante el proceso de la rumia. El paso de materia seca a través del rumen-retículo, es variable y depende del tiempo de ruminación, del tipo de alimento, la cantidad y su textura.

Existe un intercambio constante de agua entre el rumen y el retículo. Parte de esta agua es absorbida en las paredes ruminales, pero también existe evidencia de cierto grado de secreción de agua a partir de las paredes ruminales, lo que aunado al agua de bebida y a 60–100 litros de saliva producida al día, le dan el volumen aproximado de 200 litros en la vaca adulta.

Rumia o Ruminación:

La rumia es una función de vital importancia, para que la digestión de alimentos se lleve a cabo. La rumia es el acto mediante el cual, el forraje ingerido es devuelto a la boca para ser remasticado y re ingerido.

A los animales rumiantes se les denomina como tales, debido a su capacidad para rumiar (re masticar). En condiciones natu­rales un rumiante es capaz de consumir grandes cantidades de forraje, el cual posteriormente es aprovechado mediante el proceso de la ruminación o rumia; éste es un mecanismo de supervivencia de estos animales en contra de los depredadores, ya que en vida silvestre, consumen alimento grosero en grandes cantidades, para después retirarse a un lugar tranquilo para masticarlo.

La ruminación o rumia del conte­nido ruminal, es una característica distintiva de los rumiantes y se da en 5 etapas:

- Regurgitación de la ingesta des­de el rumen-retículo.

- Deglución de los líquidos presen­tes en el bolo regurgitado.

- Re masticación de los sólidos regurgitados.

- Re insalivación de la ingesta.

- Re deglución del bolo.

La ruminación es un evento muy complejo, en el que participa una contracción especial del retículo, asociado con la dilatación del cardias, un estado de presión negativa en el tórax y una onda de contracción antiperistáltica del esófago.

La ruminación se activa directamente por contacto del forraje con la muco­sa del rumen-retículo. El tamaño de la partícula es importante, pues se ha observado que alimento en polvo o finamente molido, inhibe el proceso de ruminación. El tamaño de la partí­cula adecuado para estimular la rumia debe ser mayor a 2.5-3.0 cm.

Eructación:

La eructación es el proceso mediante el cual, el bovino expulsa grandes cantidades de gas producido por la fermentación en el rumen-retículo. Una vaca adulta es capaz de elimi­nar hasta 600 litros de gas por día, compuesto por Bióxido de Carbono, Metano, Nitrógeno y Oxígeno.

Este evento está precedido del inicio de la ruminación, inmediatamente posterior al mezclado, cuando al­canzan cierto grado de distensión las paredes ruminales.

La eructación se da por contraccio­nes secundarias del rumen, asocia­das a una dilatación del cardias. El gas sale libremente hacia la faringe de donde puede ser inspirado hacia los pulmones o expulsado hacia el exterior.

El eructo es inhibido cuando el rumen está distendido por gas. Existen algu­nos factores como presión de inges­ta, espuma o líquido sobre el cardias, que pueden inhibir la dilatación y producir estados de timpanismo.

Contenido Ruminal:

El contenido ruminal constituye el me­dio en el cual habita una población im­portante de bacterias y protozoarios. Estos organismos, sus metabolitos, la saliva, agua y el sustrato alimenticio, determinan la naturaleza de la ecolo­gía del rumen.

El contenido de materia seca es del 10-15 % y varía de acuerdo al consu­mo de alimento y al agua de bebida.

La temperatura ruminal es de 39- 40°C y está determinada por el proceso de fermentación bacteriana y la actividad metabólica propia del animal.
Aspectos generales sobre el 3


El pH del rumen es de (5.5-7.1) y las principales variaciones se deben a la presencia de los ácidos orgánicos presentes en la dieta y de la cantidad de saliva, la cual actúa como agente amortiguador.

El alimento en base a granos y concentrados, induce un pH ácido y puede causar acidosis ruminal si no es equilibrado eficientemente por la saliva.

Las dietas ricas en proteína inducen un pH alcalino, que puede causar alcalosis ruminal si no es amortiguada por los ácidos orgánicos y la misma fermentación ruminal.

En ambos casos la integridad de la microflora ruminal está en peligro, dado que su equilibrio puede rom­perse fácilmente por alteraciones de la dieta, lo que puede implicar serios trastornos digestivos.

Microbiología Ruminal:

La microflora ruminal es una pobla­ción muy compleja debido al gran nú­mero y variedad de microorganismos presentes, su naturaleza es diversa y las poblaciones cambian debido a los cambios en las dietas.

El rumen permite un ambiente favo­rable para el crecimiento microbiano. La motilidad, las condiciones de humedad, el pH y la temperatura son favorables para el desarrollo de los microorganismos y el funcionamiento de muchos sistemas enzimáticos.

El ambiente ruminal es muy inestable, no obstante existe una diversidad considerable en la población micro­biana y esta es debida a dos razones:

- Existe selección natural sobre los microbios facultados para realizar un trabajo bioquímico, el cual le permite crecimiento y desarrollo, en un ambiente abierto donde otros microorganismos pueden competir.

- La complejidad de los alimentos ingeridos. Los organismos se pueden adaptar al uso de cierto tipo y número de nutrimentos y en consecuencia se hacen más especializados.

Los microorganismos más comunes en el rumen son bacterias y proto­zoarios ciliados, aunque se observan con cierta frecuencia levaduras y protozoarios flagelados.

Debido a las condiciones del rumen, todos los microorganismos presen­tes son anaerobios o anaerobios facultativos.

Es difícil determinar si algún microbio presente en el rumen, forma parte de la microflora normal o su presencia es eventual por haber llegado en el alimento.

Por tal motivo para considerar a cualquier microbio como habitante normal del rumen debe reunir tres características:

- Que pueda dividirse anaeróbica­mente.

- Que pueda producir alguno de los componentes metabólicos del rumen.

- Que se encuentre en una población mínima del gramo de microorganismo por ml de contenido ruminal.

Se sabe que existen variaciones en la población ruminal, entre los rumiantes de diferente especie, entre rumiantes de la misma especie e incluso den­tro del mismo hato. Esto es debido básicamente a variaciones en el tipo de alimento recibido, por los hábitos dietéticos y por las condiciones am­bientales del rumen.
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Bacterias del rumen:

La población bacteriana del rumen es de aproximadamente 10 000 millones de bacterias por gramo de contenido ruminal. La mayoría de las bacterias ruminales son cocos o bastones cortos de 0.4–1.0 micras de diámetro y de 1.0–3.0 micras de largo, además de espiroquetas, rosetas y tetracocos.

Las bacterias del rumen son orga­nismos muy complejos y cualquier sistema de clasificación puede ser incompleto o inexacto, dado que puede haber contradicciones por la duplicidad de funciones y actividad enzimática, muy común entre este tipo de organismos. Existen muchas formas de clasificar a las bacterias ruminales y puede ser en base a la morfología, a la presencia de apén­dices, a la composición química ce­lular, a los sustratos atacados y a los productos finales de su metabolismo.

En base a los sustratos utilizados, las bacterias ruminales se clasifican de la siguiente forma:

1.- Bacterias celulolíticas: Son bac­terias digestoras de celulosa. Tienen la capacidad de producir la enzima celulasa que hidroliza a la celulosa. También pueden digerir la celobiosa, un disacárido formado por dos molé­culas de glucosa con unión beta. Las bacterias celulolíticas proporcionan sustrato para ser atacado por otras bacterias y por protozoarios.

Las bacterias celulolíticas, se en­cuentran en concentraciones muy elevadas en animales que consumen raciones muy ricas en fibra.

2.- Bacterias que digieren la hemice­lulosa: La hemicelulosa es un cons­tituyente importante de las plantas. Los microorganismos que pueden utilizar la celulosa, pueden utilizar la hemicelulosa, pero los que utilizan la hemicelulosa no necesariamente pueden usar la celulosa.

3.- Bacterias amilolíticas: Son bac­terias digestoras de almidón. In­crementan su población en forma considerablemente cuando la ración es rica en almidones y polisacáridos complejos.

4.- Bacterias que utilizan polisacá­ridos: También pueden usar disa­cáridos. Las plantas tiernas verdes poseen grandes cantidades de azú­cares solubles accesibles para este tipo de bacterias.

Los azúcares provenientes de la cápsula o pared celular de células muertas, son también un sustrato útil para este tipo de bacterias. Poseen también un sistema enzimático para hidrolizar disacáridos con unión beta como la lactosa y la celobiosa, aun cuando estos sean organismos no celulolíticos.

Este tipo de bacterias está presente en cantidades importantes en el ru­men de rumiantes jóvenes.

5.- Bacterias que utilizan ácidos orgánicos: Utilizan como fuente de energía productos como el ácido láctico, ácido succínico, ácido málico, ácido fumárico, ácido fórmico, ácido acético y ácido oxálico.

Estos microorganismos incrementan su población en rumiantes alimenta­dos con ensilados y carbohidratos de fácil fermentación.

6.- Bacterias proteolíticas: Utilizan aminoácidos como fuente primaria de energía. Son incapaces de utilizar carbohidratos y su población aumen­ta cuando la dieta es rica en proteína, o bien cuando el ensilado tiene cierto grado de putrefacción.

7.- Bacterias productoras de amonia­co: Estas podrían ser una duplicación de las bacterias proteolíticas. No obstante, se sabe que estas bacterias pueden producir amoniaco a partir de Nitrógeno no proteico.

8.- Bacterias productoras de Metano: Poco se sabe acerca de este tipo de bacterias. No obstante, la presencia de metano en el rumen indica la existencia de estos organismos, dado que no cualquier bacteria produce metano.

9.- Bacterias lipolíticas: Son capa­ces de hidrolizar el glicerol de las moléculas de grasa y utilizarlo como sustrato. Otros microorganismos pueden utilizar los ácidos grasos no saturados y algunos aparentemente, utilizan los ácidos grasos de cadena larga transformándolos en cetonas.

10.- Bacterias que sintetizan vitami­nas: Existe un número importante de bacterias que tienen la capacidad de sintetizar vitaminas del complejo B, a partir de sustratos, producto de resi­duos metabólicos de otras bacterias.

Además de los sustratos primarios como fuente de energía, el crecimien­to y desarrollo de las bacterias en el rumen, requiere de otros factores de crecimiento como son vitaminas y minerales. En algunos casos sales específicas como sulfitos y otros agentes con función amortiguante.

Los productos de la fermentación ru­minal son muy variados entre los que se encuentran el lactato y succinato, que sirven como sustratos de energía primarios para otras bacterias, pero la mayor concentración de productos

obtenidos por fermentación ruminal son los Ácidos Grasos Volátiles (AGV).

Las principales bacterias del rumen y sus sustratos se resumen en el cuadro número 1.
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Protozoarios del Rumen:

Los protozoarios del rumen son principalmente ciliados, aunque los flagelados tienen una población me­dianamente importante, sobre todo en animales adultos que pierden la microflora ruminal o animales jóvenes cuyo rumen empieza a poblarse. Tienen una población aproximada de 1 000 000 unidades por gramo de contenido ruminal. Viven en aso­ciación con las bacterias y tienen la función de fermentar algunos de los sustratos presentes en el medio. Su participación es importante pero no indispensable, como lo son las bacterias.

Una característica particular de los protozoarios, es su capacidad de asi­milar azúcares solubles y transformar el 80 % de estos en un polisacárido similar al almidón. Esto es importante porque disminuye el riesgo de acido­sis, además de que este polisacárido es utilizado como sustrato de reserva, en el caso de que el aporte externo de azúcares sea insuficiente.

La mayoría de los protozoarios son celulolíticos y algunos producen más alfa amilasa y maltasa (enzimas ami­lolíticas) que las bacterias.

Uno de los sustratos utilizados por los protozoarios son las mismas bacte­rias, a partir de las cuales obtienen energía, proteínas y ácidos nucleicos.

Los factores que afectan la pobla­ción de protozoarios, son el tipo de alimento, el procesado del mismo,

la frecuencia y la cantidad admi­nistrada. La clasificación de los protozoarios se basa en su mor­fología celular, debido a que son lo suficientemente grandes para ser visualizados y distinguir muchas de sus estructuras celulares.

Los protozoarios se clasifican en dos grupos con varios géneros que incluyen en forma importante a los siguientes:

- Isotrichia y Dasytrichia; cuyo sustrato son los azúcares simples.

- Metadinium; cuyo sustrato es la celulosa.

- Diplodinium; cuyos sustratos son la celulosa y los almidones.

- Entodinium; cuyos sustratos son los almidones y las proteínas.

Bioquímica del Rumen.

Los procesos de biotransforma­ción en el rumen se dan gracias a la actividad biológica fermentativa de la microflora ruminal

Digestión de azúcares en el Ru­men:

A partir de la hidrólisis de los carbohidratos, realizada por las bacterias ruminales, se producen grandes cantidades de Ácidos Grasos Volátiles (AGV); Acético, Propiónico y Butírico, que consti­tuyen la principal fuente de energía utilizada por los rumiantes.

Los polisacáridos más importantes en el rumen son; celulosa, hemi­celulosa, almidones, pectina y lignina, algunos azúcares simples como los disacáridos maltosa y celobiosa, que son productos intermedios de la hidrólisis de azúcares complejos.
Fuente: http://www.ganaderia-intensiva.com/

lunes, 23 de mayo de 2016

Rompiendo mitos sobre la carne de cerdo

Como parte de su compromiso de ofrecer a los consumidores productos de la más alta calidad, Toledo de Guatemala desmitifica falsas ideas acerca de la carne de cerdo, dando a conocer la adecuada preparación, manipulación y distribución de estos productos. Artículo de: Periódico Digital Centroamericano y del Caribe.
Toledo de Guatemala, empresa productora y procesadora de productos y embutidos de cerdo, presentó una conferencia por el reconocido conferencista internacional, Dr. Diego Braña, Médico Veterinario Zootecnista graduado en la Universidad Nacional Autónoma de México, especializado en el área de fisiología del crecimiento, enfocado en recursos nutricionales y en la calidad de la carne.
La falta de acceso a la información objetiva sobre los atributos y beneficios de la carne de cerdo, ha frenado el consumo de este alimento en Centroamérica, contrario a la realidad de otros países desarrollados como Alemania, Dinamarca, España, Japón y China.

La importancia de la carne de cerdo

La carne de cerdo provee proteínas de excelente calidad, gracias al alto contenido y disponibilidad de aminoácidos esenciales como la lisina, leucina, isoleucina, treonina, triptófano, valina y arginina, entre otros que son necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Se trata de un alimento rico en vitaminas, principalmente las del complejo B como la tiamina, niacina, B12, y B6, así como en riboflavina.
La carne de cerdo es también una fuente importante de minerales tales como hierro, magnesio, fósforo, potasio, calcio y zinc, esenciales para el funcionamiento del cuerpo humano. En relación con otros tipos de carne, el contenido de sodio es bajo (alto en potasio).
Por otro lado, la carne magra de cerdo es baja en grasas saturadas y colesterol, contrario a lo que se piensa en nuestro país. Por lo anterior, es posible afirmar que la carne de cerdo es un alimento nutritivo que se caracteriza por ser una excelente fuente de proteína de alta calidad. Sin embargo, como cualquier otro producto perecedero, se deteriora rápidamente por lo que es indispensable mantener las condiciones de higiene y control para conservar su calidad y valor nutricional.

¿Cómo conservar de forma adecuada la carne de cerdo?

Es importante saber cómo se identifica una carne fresca, lo cual se define como la que no ha sido sometida a ningún proceso que modifique de modo irreversible sus características. Una carne congelada, refrigerada, salada, marinada o sometida a otro tipo de preparación ya no es carne fresca. Sin embargo, es importante refrigerar la carne, de lo contrario pierde su calidad y su tiempo de vida se reduce. Además, esto previene el crecimiento de microorganismos.
Es importante también conocer que la calidad de la carne depende tanto de la especie animal, como de la raza o línea genética, la edad, el estado nutricional del animal en el momento de la matanza o faenado, etc.
Además, las condiciones de manejo y procesamiento durante el faenado, así como en las operaciones posteriores de deshuese, corte, distribución, comercialización y manejo, pueden prolongar o acortar la calidad y frescura de este producto. Si no se sigue el proceso adecuado, la carne pierde frescura y esto puede ser detectado por su color. La carne de cerdo fresca es rosada-rojiza. El olor nunca debe ser rancio o extraño.

Desmitificando la carne de cerdo

El Dr. Braña rectifica mitos comunes:
La carne de cerdo no contiene altos niveles de grasas saturadas, y su aporte de colesterol también es reducido. Por ejemplo, una porción de 100 g. de los principales cortes aporta alrededor de la tercera parte del colesterol que necesitamos al día (300 mg).
La clave de la salud consiste en una dieta variada, balanceada y acorde a los requerimientos calóricos de cada persona. Considerando estos puntos, tanto los niños, como los adultos mayores pueden y deben procurar comer carne de cerdo, cuando menos tres o cuatro veces por semana.
Lo más recomendable es consumir cortes magros del cerdo, y eliminar toda la grasa visible antes de consumir la carne. Esto no se debe a que la grasa sea mala, se recomienda para reducir la cantidad de calorías a consumir.
La carne de cerdo es en principio estéril; es durante la manipulación cuando puede ser contaminada, ya que cuando se corta, las superficies expuestas al aire generan condiciones excelentes (contenido de agua y nutrientes) para el desarrollo de microorganismos. De aquí la importancia de mantener estrictas medidas de control, sanidad e higiene durante el procesamiento y comercialización de la carne.
Es la más versátil de las carnes, tiene un arraigo importante en el gusto y en la tradición culinaria. Es la carne que registra el mayor número de recetas de cocina.
La carne de cerdo NO provoca cisticercos. La cisticercosis es una enfermedad causada por el parásito Taenia solium, que se da a través de la ingesta de huevos (proglótidos) de este parásito. Estos huevos, solo están presentes en las heces fecales humanas, para tener cisticercosis, es necesario consumir heces fecales humanas. Esto ocurre cuando se consumen hortalizas regadas con aguas negras; cuando alguien que procesa alimentos no se lava las manos después de defecar, o cuando alguna persona que tiene parásitos (teniasis por Taenia solium) en el intestino, consume los proglótidos por defecar y no lavarse las manos.
(Fuente: Periódico Digital Centroamericano y del Caribe, abril 2015)
Tomado de: http://www.elsitioporcino.com/ mayo 23 2016

lunes, 9 de mayo de 2016

Buenas Prácticas en Reproducción Animal

Impacto de la Nutrición en el Desempeño Reproductivo del Ganado en Pubertad, Ciclo Estral y Fecundación.

Dr. Alejandro Córdova Izquierdo
Departamento de Producción
Agrícola y Animal.
Universidad autónoma Metropolitana
Unidad Xochimilco.
Correo: acordova@correo.xoc.uam.mx
Gustavo Ruiz Lang
Román Espinosa Cervantes
Víctor M. Xolalpa
Campos Departamento de Producción Agrícola y Animal.
Universidad autónoma Metropolitana
Unidad Xochimilco.
Jaime Olivares Pérez
Unidad Académica de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Universidad Autónoma de Guerrero
Abel E. Villa Mancera
Maximino Méndez Mendoza
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Pedro Sánchez Aparicio
Bioterio del Hospital Veterinario para Pequeñas Especies.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia,
Universidad Autónoma del Estado de México.
Juan Eulogio Guerra Liera
Facultad de Agronomía.
Universidad Autónoma de Sinaloa.
Ma. De Lourdes Juárez Mosqueda
Departamento de Morfología. FMVZ-UNAM.

Resumen

Las posibles causas, debidas a problemas nutricionales; cuyos efectos son el famoso balance energético negativo, conocido comúnmente como BEN y que está relacionado directamente con la condición corporal de los animales; por lo que las hembras de animales de importancia económica para el hombre que no pueden mantener una gestación son: no presentan estro o celo, no ovulan y la fecundación o fertilización del ovocito no puede llevarse a cabo, o seguro que ocurren muertes embrionarias tempranas, por lo regular dentro de los primeros 12 días después de la cruza natural o inseminación artificial. El objetivo de este trabajo es describir la importancia que tiene la nutrición en los diferentes periodos que están directamente relacionados con el desempeño y eficiencia reproductivas del ganado, tales como: pubertad, ciclo estral y fecundación; cuya repercusión está directamente relacionada con el desempeño reproductivo del ganado y por lo tanto con las ganancias del ganadero.

Introducción

El impacto de la nutrición sobre el desempeño reproductivo del ganado es de suma importancia, ya que diversos trabajos han demostrado que los efectos nutricionales se efectúan y se reflejan a través de interacciones complejas en aspectos tales como: contenido y utilización de reservas corporales, distribución de nutrientes entre diferentes sistemas y órganos y priorización del uso de nutrientes para diversas funciones, además de la canalización de los distintos nutrientes para los diversos aspectos relacionados con el desempeño reproductivo, lo cual se conoce como homeorrésis, lo cual se refleja en la condición corporal del ganado (Hess et al., 2005; Florez et al., 2007; Sartori, 2009).
Los cambios fisiológicos y los ajustes metabólicos que se presentan en la hembra después del parto, son el mejor ejemplo de la relación que existe entre la nutrición y el desempeño reproductivo del ganado; estos cambios fisiológicos y ajustes fisiológicos se deben principalmente a varios eventos interrelacionados, tales como: máxima producción de leche en las primeras dos a tres semanas, independientemente que su especialidad sea la producción láctea; regeneración del endometrio, involución uterina y el retorno a los ciclos estrales – en otras palabras el retorno a la ciclicidad postparto- (Florez et al., 2007).
Tabla. Función de micronutirentes en la reproducción animal.
MicronutrienteFunciónConsecuencia-deficiencia
Vitamina AMantienen la integridad del tracto reproductivo y favorece el proceso reproductivo en hembras y machos.Detiene la pubertad, tanto en hembras como en machos; predispone a bajas tasas de fecundación y mortalidad embrionaria, así como a retención placentaria y en machos reduce el deseo sexual.
Vitamina EFavorece y mantiene la vida reproductiva.Predispone a retención placentaria y en machos a malformaciones y baja concentración espermática en el eyaculado.
SelenioActúa como cofactor del sistema enzimático glutation peroxidasa, responsable de la oxidación intra y extra celular de la membrana celular de las células que integran el tracto reproductivo.Predispone a baja fertilidad; predisposición a retención placentaria y a quistes ováricos; en machos, reduce la motilidad y concentración espermática.
CobreFavorece la fisiología hormonal y síntesis de prostaglandinas.Predisposición a baja fertilidad; desórdenes en el ciclo estral, muerte embrionaria y fetal; abortos y retención placentaria.
ZincFavorece la función de varias enzimas metabólicas y a la función hormonal en hembras y machos.Predisposición a baja fertilidad, prolificidad y retención placentaria; en machos, perjudica a la espermatogénesis y al desarrollo de órganos sexuales secundarios.
El periodo prepúber y postparto, son dos etapas críticas en la vida de las hembras mamíferas, cuyo efecto repercute negativamente en la eficiencia reproductiva del ganado. Durante el periodo prepúber, el ganado necesita mucho del aporte de nutrientes para su crecimiento y desarrollo para alcanzar la pubertad en tiempo y forma. En la etapa postparto, es de vital importancia aporte nutricional en cantidad y calidad, ya que son necesarios para los efectos del parto y superar la producción del pico en la producción láctea, cuya presentación es entre las cinco y seis semanas aproximadamente y en el cual es fácil que las hembras presentan periodos prolongados de balance energético negativo, lo cual hemos llamado el famoso BEN; cuya repercusión está directamente relacionado con un pobre desempeño reproductivo del ganado –periodos prolongados de infertilidad- responsables de las grandes pérdidas económicas de los productores ganaderos (Sartori, 2009); Martínez et al., 2010).
El objetivo de este trabajo es describir la importancia que tiene la nutrición en los diferentes periodos que están directamente relacionados con el desempeño y eficiencia reproductivas del ganado, tales como: pubertad, ciclo estral y fecundación; cuya repercusión está directamente relacio- nada con el desempeño reproductivo del ganado y por lo tanto con las ganancias del ganadero.

Pubertad

Son muy numerosos los estudios que demuestran que el estado nutricional de los animales se refleja sobre la madurez sexual, según la relación conocida que existe entre el desarrollo general del individuo, crecimiento corporal y desarrollo de los órganos reproductivos (Araujo, 2004).
Las condiciones de alimentación en las que son mantenidos los animales en crecimiento, representa uno de los factores de mayor importancia sobre el inicio de la pubertad –se sabe que los animales cuando alcanzan la pubertad, sólo tienen del 40 al 60% de su peso que alcanzarían en la etapa de adultos (González et al., 2003).
Por ejemplo, un modelo de crecimiento óptimo de las terneras de recría es aquel que les permite desarrollar su potencial genético para la producción de leche a la edad deseada y a un costo mínimo. Por lo tanto, es de vital importancia entender y definir dicho modelo de crecimiento ya que determinará la edad al primer cruzamiento y la edad y peso vivo al primer parto (Sartori, 2009). Un manejo adecuado permitirá a las terneras alcanzar la madurez sexual para ser cubiertas a los 13 meses de edad, quedar cubiertas a los 15 meses y desarrollarse adecuadamente (>575 kg) para afrontar una lactación completa antes o alrededor de los 24 meses de edad (Heinrichs, 2007). Este tiempo es muy elevado si se compara con las edades reportadas en los países desarrollados: 16-18 meses (hembras) y 24 a 30 meses (machos). Estas desigualdades son determinadas fundamentalmente por las diferencias en los programas de alimentación aplicados en una u otra región, particu- larmente en la etapa de levante de los becerros. Se plantea la necesidad de transformar, lo antes posible, un animal anatómica y fisiológicamente monogástricos (no-rumiante) en un rumiante funcional; es decir, en un animal con capa- cidad de consumir y transformar eficientemente el forraje. En el ganado bovino por ejemplo, el desarrollo y cambio de los diferentes compartimientos ocurre rápidamente durante los primeros 3 a 4 meses de vida. La capacidad del rumen aumenta de 50 a 60 veces durante las primeras 16 semanas de vida (de 0.5 a 30 litros) mientras que el abomaso apenas duplica o triplica su volumen (de 2 a 4-6 litros). Estos cambios están influenciados de una manera determinante por el manejo de los diferentes insumos alimenticios durante los primeros meses de vida de los animales en términos generales (Ventura, 2009).
El estado nutricional determina el tamaño corporal y el peso vivo a lo largo de toda la vida de los animales, que comúnmente como condición corporal. Los niveles bajos de nutrición durante el período prepuberal atrasan la llegada a la Pubertad por inhibición del desarrollo del sistema reproductivo endocrino (Araujo, 2004).
La pubertad generalmente ocurre o está asociada a un determinado peso, relativo al peso de adulto o de madurez. Este peso puede ser logrado a una edad temprana o retrasada de acuerdo al régimen alimenticio impuesto (Ventura, 2009).
Cuando los animales tienen bajas reservas corporales de energía, tienen mayor probabilidad de sufrir enfermedades, desórdenes metabólicos, reducción en la producción de leche y alteraciones en el desempeño reproductivo, aumentando la edad a la pubertad y al primer parto. El principal factor que afecta la duración del anestro posparto, es el estado nutricional y el amamantamiento. Un inadecuado consumo de proteína y energía durante la preñez lleva a una baja condición corporal al momento del parto, a esto se suma que la disminución del consumo de alimentos durante la lactancia temprana (subnutrición) y el aumento de los requerimientos de glucosa para la producción láctea, marcan la aparición del BEN, situación que conduce al aumento del porcentaje de hembras en anestro y aumento del intervalo entre partos, ya que el organismo del animal intenta mantener su homeostasis por medio de la movilización de sus reservas de lípidos y proteínas, generándose baja condición corporal y por lo tanto un estado de completo anestro (Giraldo et al., 2009).
Por otro lado, es muy importante tomar en cuenta el efecto negativo que tienen los parásitos sobre el desempeño reproductivo de los animales; cuyos daños indirectos sobre la nutrición y el metabolismo del animal son evidentes (Villar, 2010).
En términos generales, las vacas especializadas en la producción de leche, durante las últimas semanas de gestación e inicio de la lactancia, pueden presentar un período de BEN (Sartori, 2009); lo cual puede ocurrir porque el pico de producción de leche se alcanza entre 4 a 6 semanas postparto y la ingesta de nutrientes sobre todo energéticos no compensa lo requerido para la producción láctea.
Cuando las hembras están en BEN, las concentraciones sanguíneas de ácidos grasos no esterificados aumentan; en tanto que las de IGF-1, glucosa e insulina están bajas. Esta alteración en los niveles sanguíneos de estos metabolitos y hormonas está generalmente asociada con un trastorno de la función ovárica y por lo tanto de la fertilidad.
Un atraso en la ovulación postparto está directamente relacionado con el consumo energético de la hembra -cuanto mayor es el BEN, mayor es el tiempo que transcurre hasta la primera ovulación postparto-.
El retraso en la primera ovulación postparto está asociado a efectos adversos en la eficiencia reproductiva subsiguiente en todas las hembras de animales de importancia económica para el hombre; por lo tanto, el retorno temprano a la ciclicidad postparto es de gran beneficio para la eficiencia reproductiva de las hembras de granja.
Durante el período de BEN existe pérdida de condición corporal (CC). Esta disminución en la CC, está directamente asociada con el retraso en la primera ovulación postparto y el aumento en los días abiertos, afectando severamente la eficiencia reproductiva de las hembras (Juarena, 2003).

Fecundación

La mayoría de las deficiencias nutritivas crónicas determinan, en primer lugar, una disminución en el ritmo de crecimiento; en los animales adultos, pérdida del estado muscular, debilidad y muerte. De tal manera que la infertilidad por nutrición, puede presentarse, en casos como: si la cantidad de alimento disponible se limitan durante las fases del crecimiento de las novillas, desde el destete hasta la pubertad, al final de la gestación y durante los primeros días que siguen al parto, cuando los pastos o cultivos forrajeros se producen en tierras que tienen insuficiente cantidad de minerales considerados esenciales para la reproducción. Los minerales más comunes, se encuentran: cobalto, cobre, manganeso, fósforo y selenio.
El efecto de los cambios metabólicos provocados por BEN, provocado por la dieta pobre en energía, proporcionadas a vacas altas productoras, provocan baja en la fertilidad; lo cual se provoca, cuando se administran dietas con alto contenido de proteína, en relación al consumo de energía. Las dietas con contenidos de proteína cruda de 17 a 19%, pueden provocar disminución de la fertilidad; se ha demostrado que las vacas alimentadas de esta forma tienen altas concentraciones de urea y amoniaco en sangre y en los fluidos uterinos, lo cual afecta la viabilidad de espermatozoides, ovocitos y embriones (Butler, 2000).
En el caso de vacas, las concentraciones sanguíneas de urea mayores de 20 mg/dl, se asocian con baja fertilidad. En condiciones in vitro, se ha observado, que concentraciones equivalentes a las que tendrían las vacas consumiendo dietas altas en proteína, afectan el desarrollo embrionario, lo cual se refleja en una reducción de la proporción de embriones que llegan al estado de blastocisto. De tal manera que se puede decir que la nutrición adecuada en cantidad y calidad deficiente, es una de las mayores causas de disminución de la eficiencia reproductiva en el ganado, principalmente áreas tropicales y/o subtropicales. Por otro lado, investigaciones sobre reproducción en el posparto, señalan que la estimación de la CC es un indicador útil del estado nutricional y del desempeño reproductivo de los animales, cuyo efecto se observa claramente en la eficiencia reproductiva, en donde la función de algunos micronutrientes es también determinante, como se muestra en la tabla 1 (Córdova et al., 2002).

BIBLIOGRAFÍA

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Artículo publicado en
Entorno Ganadero 68